VIRUS DE LA GRIPE
Revisado y aprobado por: Teresa de la Cerda - Departamento Médico
El responsable es el virus de la gripe o influenza, que se caracteriza por poseer una alta capacidad de mutación. Existen tres tipos de virus de la gripe (A, B, C y D), de los cuales, sólo dos de ellos provocan enfermedad en humanos (Ay B).
El Virus A es el causante de la mayoría de las epidemias gripales y de las pandemias que aquejan cíclicamente a la población mundial. Incide en el hombre, pero también en los cerdos, caballos, focas, ballenas y aves acuáticas.
Cada año se desarrollan nuevos tipos de gripe debido a la alta capacidad de mutación de este virus A. Además, la patología de la gripe también puede ser causada por otros virus, como el virus de la gripe tipo B o el paramixovirus.
La aparición de la infección se localiza en los meses de frío La diseminación se produce por contacto próximo persona a persona, y a través de las gotitas producido al hablar, toser o estornudar, que son transportadas por el aire y contaminan los objetos.
Los adultos tienen más probabilidades de contagiar la infección unas 24-48 horas antes de desarrollar síntomas, y hasta 4-5 días después de iniciados. Sin embargo, los niños más pequeños pueden contagiar a otras personas durante un periodo más prolongado de tiempo (7 días o más).
Las epidemias agudas aparecen aproximadamente cada 3 años, al final del otoño o al principio del invierno y generalmente afectan a todo el país.
La medida de control considerada más eficaz frente a la gripe es la vacunación anual de ciertos grupos de población considerados de alto riesgo de padecer complicaciones asociadas a la gripe.
¿CÓMO EVITAR EL CONTAGIO
Hábitos de higiene. La manera más efectiva de evitar un contagio es lavarse frecuentemente las manos. No es una solución 100% eficaz, si bien sí que ayuda con una probabilidad bastante alta a evitar contraerla.
De ahí que sea muy conveniente que, cuando no tengamos la oportunidad de lavarnos las manos con agua y jabón, tengamos con nosotros geles desinfectantes..
Los geles eliminan las bacterias y virus y no se necesita agua. Asimismo, si nos tocamos los ojos, la nariz o la boca después de haber estado en contacto con el virus, tendremos muchas probabilidades de contagiarnos. También tenemos que lavarnos las manos al llegar de la calle, antes de cocinar y de comer y después de haber estado trabajando con un ordenador o una tablet.
Si nosotros somos los enfermos, debemos evitar ponernos la mano en la boca al estornudar y colocar la parte interior del codo. Así evitaremos transmitir los virus por el uso frecuente que hacemos todos de las manos.
La principal medida profiláctica frente a la gripe es la vacunación antigripal. Recomendada sobre todo en población de alto riesgo, que pueden padecer complicaciones.